Eso que muchos dicen y quieren ser, pero no se animan. Repitiendo consignas que de tanto ser repetidas transforman en vacíos sortilegios, quebrantados por la desidia del día;
que les gruñe
devolviendo,
a cambio de sonrisas,
mares de soledad y estímulos rengos.
Ausentes de calma y saciados entonces del dolor ajeno,
tan fácil de visitar,
archivar
y guardar en una especie de cajita de recuerdos de inconsciencia colectiva,
que actúa como un motor de resentimientos hacia lo que podría haber sido,
o lo que será pero solo en potencia.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario